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martes, 19 de mayo de 2020

Mandatos


                                                                                         Etiqueta: Tiempito para escribir


¿Dónde están guardadas esas palabras que nos hicieron mal? Seguramente en lo más profundo del alma, escondidas para que no las recordemos. Pero igual están presentes, todos los días, desde el mismísimo segundo en que abrimos los ojos cada mañana.

¿Quiénes las dijeron? ¿Podrán haber sido seres cercanos, seres entrañablemente queridos? Sí.  Tal vez por un excesivo amor, sobreprotector. Tal vez sin saber el permanente daño que podrían causarnos. Tal vez a sabiendas ¿por qué no? Todos somos humanos y recorremos nuestro camino de aprendizaje sin rumbo certero, equivocándonos a cada paso.

¿Cuándo se transformaron en órdenes?  Mandatos a seguir al pie de la letra, de la letra gritada o cantada en los sones infantiles.  Tal vez no al principio, cuando las órdenes estaban dadas para no cumplirlas. Cuando la rebeldía de la juventud  todo lo podía.
Pero, ¿y después, cuando la sombra de la adultez comienza a socavarnos el espíritu? Aparecen desde los rincones donde se habían agazapado, para mostrarse con fuerza imperceptible, horadora, constante. Y ahí estamos, como adultos, cumpliendo los pedidos tan escuchados.

Alguna vez ¿lo vimos con claridad? ¿Pudimos en nuestra niñez o juventud analizar el modelo y alejarnos de él? ¿Lo pensamos, por lo menos? ¿Nos prometimos no repetirlo? ¿Dónde quedó todo ese enojo, esa fuerza omnipotente que arrasa con la vida, esa soberbia joven e imparable que todo lo puede? Debemos recuperarla.

Somos nosotros solos, en un camino individual de aprendizaje, de experiencias, único e irrepetible. Pero a la vez, paradójicamente, estamos acompañados. De todos ellos, de los que nos dijeron aquellas palabras, desde el amor, la ignorancia o el rencor, no importa. Ellos nos aman como pueden. Como aprendieron en su propio recorrido. Como pudieron.
Todos somos dignos de compasión, si miran desde afuera la  senda que transitamos.

Un sabio pronunció esta frase alguna vez: “No importa lo que los otros nos hacen, lo que importa es lo que hacemos nosotros con lo que los otros nos hacen”.
Entonces digo: ¿qué haremos con nuestros mandatos?



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