¿TE LO CREISTE? PERDISTE.
¿Cuándo dejamos de ser jóvenes? ¿Al cumplir una cierta edad?
¿Cuál? Hay profesores universitarios que a sus setenta años dan clases
magistrales mientras jóvenes de cuarenta y nueve no ven la hora de jubilarse por
no entenderse con sus alumnos o no querer actualizar sus conocimientos. Veo
videos de hombres y mujeres con más de setenta años nadando en mares helados,
bailando foxtrot o rocanrol. Conozco gente de casi noventa en inmejorables
circunstancias intelectuales y físicas. Tengo un tío de noventa y seis que
sigue siendo el presidente de la Caixa ya que lo hace con todo gusto, amor y
pasión en perfectas condiciones de salud.
Concluyo pues, que no es la edad cumplida lo que hace que dejemos de ser
jóvenes.
¿Qué es entonces? ¿La mente? Una mente programada desde
pequeños para pensar que al ser grandes nos vamos a enfermar, que vamos a
perder la memoria, que de grandes ya no podremos aprender nada nuevo, que ya no
podremos entender bien las cosas que ocurren en derredor….Por eso a nuestros
antepasados los sentaban al sol y ya. Esa era su vida después de “la etapa
activa de trabajo”. Algo que todavía
ocurre en muchísimas pequeñas ciudades de todos los países del mundo –porque en
las grandes ciudades los sientan en un geriátrico-. Pareciera que el único
objetivo de los humanos es producir bienes o servicios y los que ya no pueden,
pues a esperar la muerte.
Y como autómatas vamos repitiendo lo que nos dijeron hasta
que nos lo creemos. Por eso luego nos ocurre. Reafirmando así el concepto para
que a nuestra descendencia no le quepa duda. Lo bueno es que siempre hay
personas dispuestas a patear los límites preestablecidos –vaya una a saber por quién- y se animan a
seguir entrenando, bailando o estudiando. Excepciones dirán algunos. Con los
primeros puede aceptarse la idea, pero hoy son muchos los que logran una vida
plena. No hay casualidades ni suerte, hay causalidades.
Pero como la ciencia investiga y años después se desdice, ahora
sabemos que las neuronas no se van muriendo como se decía hace una veintena de
años atrás. Las dendritas se regeneran y rehacen su sinapsis cuando hay un
estímulo. El aprendizaje de nuevos conocimientos amplía el cuerpo neuronal y
mejora la transferencia de información.
Investigaciones con mediciones energéticas en diferentes
zonas del cerebro muestran cómo ciertos pensamientos de energía de frecuencia
elevada mejoran el sistema neuronal, así como los de baja frecuencia lo
“apagan”.
Algo que los pueblos orientales originarios supieron
siempre: los pensamientos con fuertes emociones asociadas tienen el potencial
de crear la realidad. Luego, PODEMOS DECIDIR ser sanos y fuertes –más allá de los
años y las arrugas- sólo por educar a la mente con pensamientos positivos,
energía vibratoria de alta frecuencia que se logra (entre otros métodos) en la
meditación y se transfiere a nuestro ser cuando realmente nos consideramos
creadores de nuestra realidad.
¿Es fácil? No, pero es posible.
Puedes ver también:
https://emalbacete.es/cambia-el-funcionamiento-cerebral-con-afirmaciones-positivas/
https://www.humanopuente.com.ar/espanol/home
Película: “Y tú qué sabes?”
https://www.youtube.com/watch?v=W5KdOsc8hRo
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